A propósito del espacio público sobre el que estamos trabajando en Villa 21, a partir de las actividades con chicos, las encuestas, las averiguaciones, y demás, y continuando con la lluvia de ideas que esto generó, me permito “congelar” la discusión un momento, y ver qué sale a la luz, para seguir trabajando desde aquí.
Me pareció muy significativa la conclusión que sacó Paz Ochoteco de TEMAS, de las encuestas que realizó a la gente del barrio: lo público es “de nadie”, no de todos. Es decir, lo público no tiene, muchas veces, ni dueño ni especificidad en cuanto a su uso, y por tanto, es susceptible de ser adueñado y usado por quien sea, y como sea. Cuando se trabaja en contexto de la villa, esto puede parecer una forma de hacer propia del lugar, puesto que todo allí es “ocupado”, “apropiado”… Pero si miramos un poco más allá, veremos que esta forma de ocupación del espacio público no es privativa de la villa. Basta salir un fin de semana de la ciudad por las principales autopistas, para ver que los remanentes de pasto entre las rutas y las colectoras se van llenando de gente que va a pasar el día con la familia. En ese momento, estos espacios remanentes e inespecíficos se transforman en parques públicos, a pesar de no contar con equipamiento urbano apropiado para este uso. Si salimos un poco más lejos aún, ya en ruta y por el campo, veremos que muchísimas veces las banquinas públicas de las rutas son usadas por los propietarios de los campos linderos para ser sembradas, o para pastorear sus animales. Asistimos aquí ya a una apropiación para un uso comercial del espacio público, y realizado no precisamente por los pobres…
Una vez establecida esta forma de uso-apropiación del espacio público, casi como una característica inter-social argentina, se me ocurrió que en vez de pensar formas de que nadie se “adueñe” del espacio público, sería mejor motivar esta apropiación y encauzarla de algún modo. Así, el espacio público se va ocupando a partir del avance de sus usuarios, contemplando los usos que ya existen, y los nuevos usos que buscamos: La casita de Maná cuenta con su área de influencia o de “apropiación”, la capilla San Blas la suya, el corralon la suya, la canchita de voley, los contenedores de residuos la suya, y en fin, toda la comunidad irá encontrando espacios que ocupar y significar y “adueñarse”. De esto y de los otros elementos del programa que fuimos perfilando, se sugiere una primera propuesta formal, no tiene que ser definitiva, simplemente es un plasmar las cosas en el estado que están, y presentarlas para que se enriquezcan con la opinión, la interacción, y la discusión.
En cuanto a los espacios destinados a containers con basura y afines, pensamos limitarlos con muros de hormigón que sirvan como barrera visual y física que no dejen pasar la basura a la plaza. El resto del equipamiento, en general, sería construído también en hormigón, para que sea más durable. Estamos estudiando un diseño de banco de plaza que integre un cesto de basura, todo en hormigón, hay que avanzar también en el diseño de la iluminación, que en principio la pensamos integrada con un sistema de letreros, donde los chicos puedan poner los mensajes que quieran, como hicieron con la maqueta.
Como dijo Leonardo Da Vinci, un proyecto nunca se termina, simplemente se abandona en algún punto del proceso para convertirse en obra. Este proyecto lo intuyo como un proceso que recién está empezando, y cuyos actores tendrán que meterle manos a la obra, hasta que se vaya armando y cambiando de manos, porque ahí es el momento en que algunos se retiran, y otros le dan verdadera vida.
LOS FAMOSOS ADOQUINES…
Hemos visto el retiro de adoquines por las calles de Buenos Aires, y su reemplazo por asfalto. No voy a entrar en disquisiciones sobre qué tan propia resulta esta práctica, simplemente lo tomo como un dato, y como una oportunidad.
Puesto que los adoquines se sacaron, y se encuentran almacenados, considero que otorgan una ocasión para practicar la tan mentada “distribución de la riqueza”; y es que hay sectores de la Ciudad de Buenos Aires, como el sector que nos ocupa en este momento, que tienen piso de barro, con los inconvenientes y suciedad que esto provoca, de modo que sería justo y necesario asignar algunos de estos adoquines almacenados para la realización de pavimentos donde son tan necesarios.
Es por esto que las zonas que llevan pavimentos en el proyecto son dibujadas con piso de adoquines, creo que es bueno visualizarlos de este modo, para empezar a pedir a quién corresponda la posibilidad de usarlos.
Arq. Nicolás Arrúe, Octubre de 2009
